Entonces llega una lentitud que se vuelve algo difícil de explicar. Algo sucede con las palabras que, pronto se hacen toscas, se ensanchan como un río profundo y se adieren a las paredes del cerebro que poco a poco se aloja en un costado de la ropa, se escurre por las hendiduras del cierre y cae en un hueco por debajo, llenándose de pelusa que es un problema despegar.
-cuantos años tienes-
-los sufcientes como para aprender a jugar, por favor no me dejen fuera, que quiero también brincar-
La última resistencia, luego un lento deponer el peso de la razón. Ahora sobreviene una locura que no conviene tratar porque kdiosdfñsdfjañdfdjf dfsñddijdfijña.
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-los sufcientes como para aprender a jugar, por favor no me dejen fuera, que quiero también brincar-
La última resistencia, luego un lento deponer el peso de la razón. Ahora sobreviene una locura que no conviene tratar porque kdiosdfñsdfjañdfdjf dfsñddijdfijña.
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