No se obtiene respuesta.
Quizá por una falta grave a la duda, exigimos satisfacción al silencio (denso, caudaloso, hondo).
Y no se obtiene respuesta.
En la garganta crece un aliento suspendido, ese suspenso alimentado por sueños procurados de soslayo y aceitados engranajes desconocidos.
Aún así no hay respuesta. Y tal vez gracias a ese delirio quedan siempre las preguntas oscuras, bellas, emergentes, fronterizas.
Quizá por una falta grave a la duda, exigimos satisfacción al silencio (denso, caudaloso, hondo).
Y no se obtiene respuesta.
En la garganta crece un aliento suspendido, ese suspenso alimentado por sueños procurados de soslayo y aceitados engranajes desconocidos.
Aún así no hay respuesta. Y tal vez gracias a ese delirio quedan siempre las preguntas oscuras, bellas, emergentes, fronterizas.